Atados de manos y pies
Actualmente, la carencia de un protocolo que permita a las autoridades educativas la gestión eficiente en los casos de estudiantes que se encuentran vinculados al consumo de estupefacientes se convierte en una serie de controversias sobre la manera correcta de actuar de tal modo a lidiar con este flagelo que en forma silenciosa y destructiva se introduce en las instituciones educativas dejando un hueco entre las estrategias , técnicas o mecanismos y las barreras legales con las cuales uno se encuentra, así como también las amenazas o los amedrentamientos que los intervinientes , así como a familiares reciben.
La vulnerabilidad existente a causa de la crisis familiar, partiendo de la intolerancia, la violencia tanto verbal como física, así como la separación de los padres y la ausencia de un líder o de una autoridad con lleva a la rebeldía, a la apatía y al desinterés por el estudio.
Urge una política educativa en la cual se vinculen y se coordinen estrategias por parte de los diversos agentes de modo a optimizar la gestión eficiente ante esta problemática que agobia a la sociedad.
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